Renunciar a las excusas y el miedo para ser un artista exitoso

 Como artistas, a menudo se nos dice que aprovechemos todas las oportunidades que se nos presenten. Nunca se sabe quién podría estar presente en la próxima inauguración de la galería, qué conexiones encontrará en ese evento o qué podría conducir a oportunidades futuras. Pero, a veces, se trata menos de decir "sí" y más de saber cuándo está bien hacerlo y cuándo no.

Los hábitos pueden ser increíblemente difíciles de romper. Y más aún, si son hábitos mentales, pero por eso, también son más importantes. Entonces, date permiso para dejar estas cosas. Como parte de esto, lo primero que necesitas hacer es conocerte a ti mismo. Puedes probar con un eneagrama de la personalidad, para saber cuáles son tus fortalezas y debilidades.

A partir de conocerte, es que sabrás en qué enfocarte para mejorar y triunfar como artista. Necesitas tiempo y paciencia para romper con esas malas costumbres y miedos que frenarán tu carrera artística.

Renunciar al estado mental de "no es suficiente"

Los artistas exitosos no enmarcan las cosas en torno a "no es suficiente". Nunca hay suficiente tiempo, no hay suficiente dinero, no hay suficiente confianza, no hay suficiente de lo que sea en ese momento para hacer lo que necesita hacer para ser un artista exitoso.

Todo esto solo apunta a un miedo subyacente a no ser suficiente. Una vez que puedes lidiar con ese miedo, los otros problemas simplemente se acomodan y solucionan.

Renunciar a las comparaciones

Esto es lo que pasa con las comparaciones: siempre serás mejor en algunas cosas que otras personas y peor en otras. Vivir en cualquiera de los dos extremos no te llevará a ninguna parte.

Puede reprimir su creatividad como artista emergente, comparándose con alguien que tiene veinte años de carrera, o puede obstaculizar su crecimiento comparando su trabajo con alguien que recién está comenzando.

En lugar de concentrarse en lo que hace otra persona, invierta esa energía en comparar su trabajo reciente con el trabajo que hizo hace seis meses, hace un año y hace cinco. Ha crecido ¿Y dónde quiere verse a sí mismo seis meses, un año y cinco años en el futuro? Solo compárate contigo mismo.

Deja de poner excusas

Si quieres ser un artista de éxito, tienes que presentarte. Tienes que hacer el trabajo.

Si eres como cualquier otro artista en el mundo, probablemente te hayas dicho a ti mismo en algún momento algo como: "No puedo ir al estudio hoy porque estoy demasiado ocupado / triste / mi familia me necesita / [inserte cualquier excusa aquí]".

¿Y sabes qué? Se siente bien hacer eso. Se siente justificado y razonable y como si estuvieras haciendo lo correcto por ti mismo.

Pero todo esto se trata de nuestro MIEDO disfrazado de resistencia; esa cosa, o idea, o trabajo ajetreado, o Netflix, o la duda, la postergación o el rechazo, que aparece y entorpece nuestro arte.

Cuando dejas de poner excusas, puedes empezar a reconocer la dirección en la que vas y, si es necesario, tener la fuerza de voluntad para cambiar esa dirección.

Deja de trabajar todo el tiempo

Seguro, tienes que presentarte al estudio incluso cuando no quieras hacer el trabajo. Pero también hay que saber cuándo marcharse y cuándo tomarse el tiempo para cuidar su cuerpo, su salud y su bienestar emocional y social.

No puede hacer su mejor trabajo si no está invirtiendo también en su cuerpo y mente. Hemos visto a muchas personas sacrificar ambos en nombre de su oficio. Pero necesitas tu cuerpo en los niveles más básicos para crear tu trabajo.

Dedique tiempo en su horario para distraerse, hacer ejercicio, salir a caminar, cocinar comidas saludables y conversar con sus compañeros, familiares y amigos.

Renunciar al perfeccionismo

Esto va de la mano con el miedo al fracaso. Los artistas que se obsesionan con la necesidad de hacer que todo sea perfecto a menudo tienen miedo al fracaso. Pero, la ironía de esto es que luego no logran publicar nada.

El único camino hacia el crecimiento es presentar su trabajo al público. La dura realidad es que probablemente fracasarás en el transcurso de tu carrera artística (como sea que lo definas). No obtendrás subvenciones, enfrentarás obstáculos, tendrás una gran idea que simplemente no se materializa. La parte reconfortante de esto es que todos los demás también.

El fracaso simplemente significa que estás. Sigue fracasando, porque estarás aprendiendo durante toda tu carrera.

Deja de sentirte egoísta

Todos contribuyen al mundo a su manera. Necesitamos médicos, abogados y profesores, pero también necesitamos artistas, artesanos y creativos que hagan que nuestro entorno sea interesante, vibrante y agradable. Tu desafío es descubrir cuál es tu esencia y luego hacerlo.

Los artistas a menudo se sienten culpables por no tener un trabajo "real" y por el hecho de que deberían contribuir más a los ingresos familiares. Luego se sienten culpables cuando están en el estudio lejos de su familia y viceversa. 

Pero la culpa es una emoción contraproducente. Si te sientes así, recuerda que tu trabajo es importante y necesario; es lo que te hace íntegro y capaz de contribuir más plenamente a tu familia cuando está allí.

Renuncia a tu necesidad de alabanza

Es posible que desees que a todos les guste tu trabajo, pero eso no va a suceder. Y, de hecho, es mejor que no a todo el mundo le guste tu trabajo.

Es realmente aterrador exponerse, especialmente cuando tu trabajo es tan personal y luego permitir que el mundo lo vea, lo juzgue y lo critique.

La duda en uno mismo definitivamente juega un papel, pero puede ser enriquecedor saber que no a todos les va a encantar tu técnica o tema, y ​​eso está bien. Significa que estás llegando a algo interesante y diferente.

Como artista, no es tu trabajo vender los lienzos más producidos en masa. Tu trabajo es decir algo y comunicarte con alguien.

Pregúntese si haría el trabajo que hace hoy si nadie lo viera. ¿Pintarías, esculpirías o dibujarías eso si no pudieras mostrárselo a nadie?

Es fácil dejarse envolver por los elogios de las redes sociales y la gran cantidad de "me gusta" en un artículo que ha publicado en línea. Pero los artistas exitosos saben que su crecimiento proviene de adentro y no de los elogios externos.